La facilidad de engañarnos entre nosotros mismos realmente es demasiado sencillo, en su momento fue la palabra. El valor de la palabra fue muy importante, por lo mismo la mentira se convierte en un arte, hasta el punto de normalizar demasiado el hecho de mentir y llamarles “mentiritas piadosas” involucrando un principio de la religión católica (que en mi caso es una de las bases de mi educación), “TEN PIEDAD DE NOSOTROS”, ¿inocencia o ignorancia?, más bien descaro justificado. Así como el engaño se volvió una constante humana con el fin de ser descubierto, la fotografía lógicamente iba a ser adoptada por él mismo como un colchón de protección ante cualquier cuestionamiento o testimonio verbal. Fue tan sencillo integrarlo como evidencia verídica ante un público y manipularlo con tal de obtener el mismo resultado, engañar, esconder, manipular. La capacidad de cambiar una realidad retratada no es solo abusar del espectador que no tiene la capacidad de diferenciar entre realidades cr
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